sábado, 10 de octubre de 2009

Sor Carmen Martínez nos cuenta sobre la fundación del Colegio María Auxiliadora en Barquisimeto

Eran las 10:30 de la mañana del día sábado 28 de Junio cuando, en la Villa San José de la Urbanización Los Palos Grandes, en Caracas, llegaba a la salita de visitas Sor Carmen Martínez. Esta vez sin lentes, no como la conocí en la Casa María Mazzarello del barrio San José, pero con sus andaderas. Como siempre, la sonrisa y la amabilidad de toda la vida. Ya me habían explicado que abandonó su casita de Barquisimeto por motivos de salud, y se encontraba en esa casa destinada a todas las hermanas que habían dado lo mejor de sí por el Evangelio en sus años de vida. La hermana tiene 96 años, es mexicana y fue testigo de cómo se fundó el Colegio María Auxiliadora en Barquisimeto, dentro de la jurisdicción atendida por la Parroquia La Milagrosa.
Lo primero que me salta a la mente es qué hace una hermana mexicana en Venezuela, venida hace tanto tiempo atrás. La razón es sencilla. De joven entró a la Congregación e hizo su noviciado en Castano Ville, una población cercana a San Antonio, en Texas, Estados Unidos. Allí eran enviadas a todas las chicas que sentían vocación en México, porque en ese país no podían formarse debido al Gobierno. Una vez que hizo los votos de pobreza, castidad y obediencia, fue enviada a una de las casas salesianas en su patria, Guadalajara. En este sitio estuvo 3 años. El gobierno apretó las tuercas contra la Iglesia Católica y tomó tintes de persecución y tomó posesión de todas las casas religiosas. Así que las hermanas fueron dispersadas a otras casas. Le preguntaron a donde quería ir. Dijo que a Venezuela, de misionera. Ella entendía que, ser misionera, era ir a donde estaban los indios. Pero cuando llegó no pudo pasar de Los Teques. Desde allí realizó estudios en el Instituto Pedagógico de Caracas graduándose como profesora de Física y Matemáticas, aunque terminó enseñando solo Matemáticas e Inglés.
Corría pues el año 1945. Caracas era un hervidero desde el punto de vista político. Recordemos que el 18 de Octubre fue el golpe contra el Presidente Medina Angarita. Sor Dolores Ruíz, española, y Sor Carmen acudían a San Felipe por esas carreteras abiertas por Gómez para intentar allí fundar una nueva casa salesiana. San Felipe no era diócesis: dependía de Barquisimeto. Después de algunos días desisten: no consiguen el ambiente religioso que apoyase la nueva fundación. Así que regresan a Los Teques. Esto crea cierto malestar con el Obispo de Barquisimeto, Mons. Dubuc. El estaba animando dicha fundación. De hecho, cualquier fundación de una Congregación siempre se hace o por invitación del Obispo o con el permiso del Obispo. Sino no se puede realizar. Es una Ley en la Iglesia Universal. A los meses intentan realizar la fundación en Barquisimeto. Allí había 2 señoras, uno de apellido Zubillaga y otra de apellido Martínez, de Yaritagua, que tenían antepasados en los cooperadores salesianos, grupo externo a los padres y hermanas salesianas pero que, aún cuando pudiesen ser padres de familia, colaboraban con la obra de Don Bosco. Ellas solicitaron la fundación. Así que en Septiembre de ese año vuelven a estar por estos valles Sor Dolores Ruíz y Sor Carmen. El obispo estaba renuente por el antecedente en San Felipe. Hay que recordar que se trataba de una joven congregación: hacía 73 años que se había iniciado la Congregación, pero no fue sino hasta 1911 cuando se aprobó canónicamente de manera definitiva y universal, o sea, hacía 34 años en la muy lejana Italia. Afortunadamente el Vicario de la Diócesis, el segundo después del Obispo, intercede por ellas y el Obispo las recibe y les permite la fundación.
El colegio se inicia en una casa frente a las Siervas del Santísimo, donde hoy en día hay un edificio de ladrillos. Aunque las hermanas querían abrir el colegio de manera paulatina, los padres de familia insisten y consiguen que se abra de una vez hasta 6° grado. Cuatro hermanas estaban regentando el colegio. Para poder ampliarse deben conseguir establecer el colegio en una casa en la calle 29 entre la 16 y la 17. En la “casa del jardincito”, donde llegaron primero, se establece el internado, o sea, niñas que estudian y viven con las hermanas. El colegio se ubica en la sede nueva.
Sor Dolores, que era una monja con mucho tesón, se propone buscar un terreno donde pueda asentarse de manera definitiva y propia la fundación. Consigue un terreno vacío hacia el Parque Ayacucho, con algunas bienhechurías de personas que se establecieron sin que les perteneciese. Con todo la hermana se las compra, además de comprar el terreno. Mientras se construía la sede del colegio, que inició por la carrera 15, la iglesia San Juan sirvió de sede para los llamados “Oratorios festivos”, reuniones de niños y jóvenes los días domingo donde las hermanas combinaban juegos, cantos y catequesis. Me pregunto ¿habrá sido en el cine parroquial de entonces? Casi no hay dudas. La parte del colegio que se fue construyendo incluía el internado, la biblioteca y salones de clase. Mas adelante se continuará con lo que se hoy en día el frente del colegio.
Sor Carmen volvió casi de inmediato a la casa de Los Teques y en 1958 regresó a establecerse a Barquisimeto hasta 1963. Para ese momento ya estaba el Colegio Sucre, también en los alrededores del Parque Ayacucho, que atendían los Padres Paúles. Este colegio dará origen al actual Colegio San Vicente de Paúl. Los padres paúles sirvieron de capellanes y apoyaron mucho a las hermanas.
La primera directora fue Sor Dolores Ruíz; luego vino sor Carolina Araujo, colombiana; siguió Sor María Boneno, italiana y la cuarta fue Sor Carmen Martínez, nuestra entrevistada. Sor Carmen tiene muy buenos recuerdos de Barquisimeto y piensa que lo benévola de la gente y la colaboración de la Niña Zubillaga dinamizó el apoyo de los padres de familia para conseguir la infraestructura que hoy sirve de sede para beneficio de tantos niños de nuestros barrios.

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